martes, 11 de agosto de 2015

LAS PASO 2015 Y LOS LÍMITES DE LA ALQUIMIA POLÍTICA, por Adrián Corbella








Analizar los resultados de una elección es una tarea más difícil de lo que parece. Si nos quedamos solamente con los porcentajes de los distintos candidatos, entendemos poco. Hay que comparar los resultados de las distintas categorías (presidente, gobernadores, intendentes, legisladores, etc.), cruzarlos con las elecciones locales, y ver la evolución respecto a comicios previos.
Los resultados de cada provincia muchas veces reflejan fenómenos locales irrepetibles, pero otras nos sirven para entender ciertas complejidades del voto de la gente, e intentar bosquejar los posibles resultados futuros.
Trataremos de analizar los resultados de las tres principales fuerzas políticas, en orden ascendente, y algunos curiosos fenómenos locales, que nos plantean diversos interrogantes.

El extraño efecto Massa

Sergio Massa, quien fuera Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner en 2008, rompió con el FpV pocas semanas antes de las elecciones legislativas de 2013, acompañado por una nutrida tropa de intendentes y legisladores kirchneristas. Se presentó como candidato a diputado en la Provincia de Buenos Aires –que contiene el 38% de los votantes argentinos- logrando ganar la elección con un 43,95 % de los votos. Con este resultado en este único distrito pudo alcanzar el 20% de los votos a nivel nacional, lo que lo ubicó como un referente muy importante de la oposición.
Pasadas esas elecciones, el  Frente Renovador massista empezó a tejer alianzas en todo el país con dirigentes varios, a la vez que comenzaba una publicidad masiva, como si las elecciones fueran inminentes, que arrancó en esas elecciones y se prolongó hasta fines de 2014. Aunque de pasado y rasgos neoliberales, Massa se presenta como “peronista”, y de hecho su partido utiliza el escudo del Partido Justicialista –que no pertenece a su espacio- en su publicidad callejera en el conurbano bonaerense. Como alguna vez dijera el General Perón, “peronistas somos todos”. En realidad, el massismo presenta rasgos neomenemistas, y sólo puede ser visto como “peronista” por quienes ven esas características en el ex presidente oriundo de La Rioja.
En 2015 se produjo un derrumbe paulatino de la intención de votos del FR, seguido de la huída de muchos dirigentes que regresaron al FpV o ingresaron al PRO. Muchos pensaron que la candidatura de Massa estaba terminada. El tigrense insistió y logró un resultado mucho mejor al que muchos esperaban merced a una serie de aciertos y casualidades.
En primer lugar, fue un acierto la invención del espacio UNA, que aportó al ex intendente de Tigre un 6,5% a nivel nacional de votos  delasotistas en las PASO, y lo transformó en ganador de un espacio que obtuvo 20,5% de los votos –cuando en realidad Massa sólo tuvo un 14%-.
En segundo lugar, fue un acierto la candidatura de Felipe Solá a la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, ya que es un hombre del peronismo y con arraigo por su pasado como Gobernador de la provincia en tiempos de Duhalde y de Néstor.
En tercer lugar, el massismo se ha transformado en refugio de huérfanos varios, lo que le permitió lograr entre un 10 y un 25% de los votos en muchas provincias (1). Votaron a UNA tanto peronistas disidentes con el FpV como quienes tenían como opción primaria partidos locales que no presentaron candidato a presidente propio. Así aparecen votando al UNA rionegrinos de “Juntos somos Río Negro”, neuquinos del MPN, santafesinos del FPCyS y porteños de ECO.
En cuarto lugar, el giro “Nac & Pop” del macrismo tras las elecciones locales porteñas atrajo hacia el massismo a algunos electores ultraopositores que miraron con desconfianza las veleidades “populistas” del ex presidente de Boca Juniors.
De aquí a octubre el massismo enfrenta varios desafíos, el primero de los cuales es retener los 1,4 millones de votos obtenidos por el cordobés José Manuel De La Sota, que al perder con Massa ha quedado fuera de competencia. Estos votantes le serán disputados por Scioli, Rodríguez Saa y Macri.  El tigrense parece tener un techo más alto que Macri, pero tiene un votante más volátil, menos fiel, más fácil de perder. Los únicos votantes que Sergio Massa puede considerar como más o menos “seguros” son los 1,5 millones de votantes de Felipe Solá en la Provincia. En cambio los votantes delasotistas, los peronistas disidentes del interior y los huérfanos de fuerzas varias pueden salir con tanta facilidad como entraron.
Daría la impresión de que el massismo no tiene techo, pero tampoco piso…

El techo del voto amarillo

“Cambiemos” ha sido un intento de unificar un partido de derecha neoliberal como el PRO, con los jirones de la más que centenaria UCR, partido dominado por una dirigencia conservadora no muy alejada ideológicamente de los amarillos. El 30% de votos a nivel nacional alcanzado por “Cambiemos” refleja que esto en buena medida se ha logrado, pero parece haber indicios de que el voto macrista ha encontrado un techo en torno a esas cifras, si tenemos en cuenta algunos datos tanto de las PASO nacionales como de las elecciones locales porteñas.
Las elecciones de CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) parecían auspiciosas: el PRO salió primero con 45,5 % de los votos; ECO –casi una colectora de los amarillos impulsada por Carrió y la UCR- obtuvo el segundo puesto, y el FpV quedó relegado a un tercer lugar con menos del 20% de los sufragios. “Cambiemos” lograba en la capital de Argentina más del 70% de los sufragios.
El ballotage porteño trajo la primera señal de alarma: Horacio Rodríguez Larreta estuvo a 54.000 votos de perder el distrito base del PRO a manos de su propia colectora. El voto capitalino se polarizó en contra del PRO, y el partido amarillo fue salvado del desastre por 66.000 personas que votaron en blanco o impugnaron -106 mil en total, frente a 40 mil de la elección anterior-.
En las PASO nacionales producidas el domingo, “Cambiemos” logró en CABA apenas 49% de los votos –frente a 71% de la elección local-, y la fórmula encabezada por Macri obtuvo 111.000 votos MENOS que los obtenidos poco antes por Rodríguez Larreta (2). Los votantes del candidato de ECO en la ciudad, Martín Lousteau, no votaron ni a Macri, ni a Sanz ni a Carrió. Se inclinaron por Massa y Stolbizer, de otros espacios. Esto indica que hay un porcentaje importante del electorado que rechaza al líder amarillo, y busca alternativas a él (ayer Lousteau, hoy Massa y Stolbizer, en octubre veremos a quien). El fenómeno no es sólo capitalino: esos descontentos tanto con el FpV como con el PRO explican el crecimiento de Massa en el interior, lo que le permitió al tigrense compensar su monstruosa pérdida de votos en la Provincia (2013; 44 % ; 2015: 21 %).
Las actuales tribulaciones del PRO muestran que la alquimia política de hechiceros como Jaime Durán Barba tiene sus límites. Es imposible que una fuerza política que ha sido opositora serial durante una década y ha hecho de la palabra “cambio” su caballito de batalla discursivo, diga de un día para otro que no piensa cambiar demasiadas cosas, que sólo mejorará lo realizado, y no pague un alto costo electoral por ello.


Algunas anomalías locales que ponen en entredicho la “Grieta”:

Es interesante destacar algunos resultados provinciales que muestran que entre oficialistas del kirchnerismo y opositores a él hay una ancha avenida de posiciones no tan definidas, cambiantes, que a veces juegan para un lado y otras para el otro.
Entre ellos se destaca el caso de RÍO NEGRO, provincia en la cual para la categoría de Presidente los resultados fueron de 44,62 para el FpV, 22,70 para Cambiemos y 21,40 para UNA. Sin embargo, en la categoría Diputados Nacionales la Alianza Frente para la Victoria alcanza el 60,19% absorbiendo votos "opositores" de UNA. Lo mismo sucede en el Parlasur regional donde trepa al 61,11%. Es decir que en el mismo sobre algunos rionegrinos pusieron la boleta presidencial “opositora” de UNA con los diputados y legisladores comunitarios “oficialistas” del FpV.
Otro ejemplo interesante es CORRIENTES, en cuyas elecciones locales una alianza "opositora" encuadrada por el radicalismo y aliada a Massa ganó por el 50% de los votos frente al 33% del kirchnerismo, pero en la Presidencial Scioli obtuvo el 50,24%, Cambiemos el 29,48 % y UNA apenas un 16,08 %. O sea que algunos de esos "opositores" no lo eran tanto.
En las elecciones locales de MENDOZA, una alianza que integraba a radicales, amarillos, massistas, socialistas y demócratas mendocinos (los famosos “gansos”) se impuso 46 a 40 al peronismo unido. En las PASO, estas dos formaciones perdieron votos: el FpV salió segundo con 33,20 %, derrotado por “Cambiemos” con 36,11 %. Los votos perdidos por ambas formaciones fueron a parar a Rodríguez Saa (5,20 %) y el massismo (13,28 %).
Finalmente, otro caso extraño es Santa Fe, cuya elección local terminó hace un par de meses casi en un triple empate entre el Frente Progresista Cívico y Social (30,7%), el PRO (30,6 %) y el Frente Peronista para la Victoria (29,1 %). El FPCyS, la fuerza del finalmente triunfante Miguel Lifschitz, no presentó candidato propio en estas PASO, ya que los socialistas apoyaban en teoría al líder del GEN, Margarita Stolbizer, y los radicales a las fórmulas de “Cambiemos”. Por lo tanto el voto del socialismo santafesino se disgregó. El ex gobernador Hermes Binner, candidato a Senador, salió cuarto con apenas 13 % de los sufragios. Para la elección presidencial, los votos socialistas se disgregaron entre el FpV (32,95 %), Cambiemos (31,92 %), y UNA (22,14 %) quedando para el candidato “propio” (¿?), Margarita Stolbizer de “Progresistas”, apenas un 6,19 %. La mayor parte de los votos fueron a UNA (Massa y De La Sota) que subió más de 15 puntos, opción fácil porque no implicaba votar a ninguno de los rivales en la elección anterior. Cabe señalar que en la elección para Senadores nacionales el FpV trepó al 34,3 % y en la del Parlasur al 35%.

Las fortalezas del FpV

Hay muchas maneras de interpretar el 38,41 % obtenido por la fórmula kirchneristas Scioli-Zannini. Si lo comparamos con el 54 % obtenido por CFK en 2011, o el 45 % de 2007, parece poco, aunque la sensación cambia si lo comparamos con el cerca de 33 % de 2009 o 2013, y más aún con el cerca de 25% de intención de votos que varias encuestadoras le daban al FpV en febrero de este año.
Independientemente de los términos de comparación que elijamos, ese porcentaje tiene fortalezas que no se ven a primera vista. La fórmula Scioli-Zannini, con ese 38,4 %, quedó a 2% de ganar en primera vuelta. Quedó a 8,3 % de los votos de “Cambiemos”, a 14 % de los votos de Mauricio Macri, a 18 % de UNA, y a 24 % de Sergio Massa.
Esos votos obtenidos por Scioli, que ganó en todas las “provincias” excepto en 4 (Córdoba 14,66 %; San Luis 19,58%; CABA 23,25 % ; Mendoza 33,2 %), son votos propios del FpV, que difícilmente pierda de acá a octubre, y tiene por el contrario diversas expectativas de crecer desde ese 38% consolidando cifras que le permitan una sólida victoria. La fórmula del ex motonauta logró 66,03 % en Santiago del Estero; 60,14 % de Formosa, 57,44 % en Misiones; 57,14 % en Tucumán; 54,65 % en Chaco; 54,48 % en San Juan; 51,59 % en Catamarca; 50,24 % en Corrientes; 47,32 % en Chubut; 47,02 % en Tierra del Fuego;  44,62% en Río Negro; 44,35 en Santa Cruz; 43,80 % en Salta; 41,68 % en Jujuy;  40,58 % en La Rioja; 39,84 % en La Pampa; 39,5 % en Buenos Aires; 39,45 % en Entre Ríos; 35,63 % en Neuquén y 32,95 % en Santa Fe. Cifras evidentemente menores a las de 2011, pero de cualquier manera importantes.
La estrategia del kirchnerismo puede orientarse, desde lo institucional, a realizar acuerdos electorales con referentes de fuerzas locales huérfanas de candidatos propios -como Weretilneck (3), Sapag o Schiaretti (4)- y desde lo político a reforzar la imagen de Daniel Scioli como continuador del modelo, hombre moderado, y cabeza de la fórmula peronista más fuerte.


Adrián Corbella,
11 de agosto de 2015


NOTAS:

(1)   : Ver por ejemplo algunos porcentajes alcanzados por UNA en diversas provincias:  Córdoba 39%, Salta 28%, Jujuy 27%, La Rioja 24%, Neuquén y Santa Fe 22%, Río Negro, Tierra del Fuego, Buenos Aires, Santa Cruz y San Juan 21%, Chubut 19%, Entre Ríos y Formosa 18%, La Pampa, Corrientes y Tucumán 16%, Santiago del Estero 15%, Misiones 14%, Mendoza. Chaco, Catamarca y CABA 13%, y San Luis 6 %.


(3)   : Ver por ejemplo en diario “Río Negro” la nota “Weretilneck, cada vez más cerca de Scioli” del 11-08-15 http://www.rionegro.com.ar/diario/weretilneck-cada-vez-mas-cerca-de-scioli-7884917-9701-nota.aspx



(5)   : Las cifras de esta elección pueden verse en http://www.resultados.gob.ar/web/dat99/DPR99999A.htm